Con un formato y un presentador que parecían de otra época, se celebró ayer el esperado debate entre Mariano Rajoy y Pedro Sánchez. El debate fue bronco pero no aportó gran cosa. Parece que la victoria de uno y la derrota del otro está asumida. Pero con lo que me quedo es con la sensación de algo viejo, que poco tiene que ver con la realidad.
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