Este semana el Parlamento de Cataluña, haciendo uso de las competencias que le concede la Ley, ha prohibido la celebración de corridas de toros a patir del 1 de enero de 2012. El hecho ha provocado una gran polémica. Algunos consideran la prohibición un ataque a la libertad. Lo cierto es que en los últimos años las corridas de toros han atraido cada vez menos público a las plazas de Cataluña, En Barcelona solo se celebran unas 15 corridas al año. Sorprende que se cree semejante polémica por la supresión de un espectáculo tan poco atractivo, además de muy caro y casi siempre frustrante.
Yo he asistido a algunas corridas de toros. Son un espectáculo repetitivo (se torea y mata a seis toros) y bastante aburrido. Llama la atención la cantidad de heridas que sufre el toro, que, desde el primer minuto de la corrida, sangra abundantemente. No creo que ninguna persona sensible soporte esa imagen. También los toreros corren riesgos, pero lo hacen voluntariamente y a cambio de mucho dinero.
Algunos dicen que la desaparición de las corridas dejará a personas sin trabajo. En un mundo en el que constantemente la gente pierde su trabajo a causa de reconversiones más o menos necesarias (el sector textil, el naval, el del acero,….) es un argumento bastante poco serio.
No parece que sea un timbre de gloria para España ser uno de los pocos paises en los que se maltrata a los añimales por simple diversión y afán de lucro.