Comienzan las vacaciones de Semana Santa. Los más afortunados tienen cinco días de fiesta y los privilegiados salen de vacaciones. Los que viajan son una minoría. La mayoría tiene unos días de fiesta, que disfruta como puede. A algunos les gusta leer el periódico, pero el sábado no hay. A otros les gusta ver la televisión, pero solo dan reposiciones de series, películas de romanos ya vistas o procesiones. No es muy distinto de lo que ocurría hace cuarenta años, solo que en color. Y las televisiones lo hacen porque parece que los únicos espectadores que les interesan son los de alto poder adquisitivo y esos estan de vacaciones. Es lo mismo que ocurre en verano.
Por suerte nos quedan las bibliotecas públicas. Si es que hemos tomado la precaución de ir a por libros, ya que estos días están cerradas.