Ayer fue detenido en Cauterets, un pueblo turístico de los Pirineos, el presunto miembro de ETA Garikoitz Aspiazu, alias Txeroki. Parece que es una buena noticia, ya que hay sólidos indicios de que se trata del presunto autor de varios asesinatos y además, dirigente de los comandos operativos de ETA. Además fue detenida una mujer, Leyre Lopez Zurutuza, a la que también se considera destacada miembro de ETA. Es evidente que la detención de estas dos personas impedirá que sigan delinquiendo y, posiblemente, permitirá que se escalrezcan algunos de los delitos de los que son presuntamente culpables. Su destino es la cárcel. La actuación de las autoridades no puede ser otra que la persecución de los delitos, la identificación de los autores y el enjuiciamiento y condena, si hay pruebas suficientes.
Pero sería un error considerar que con esto se soluciona el problema de ETA. Es necesario conseguir que no se incorporen nuevas personas a esa actividad delictiva. Es muy triste observar que personas jóvenes, en lugar de estar trabajando o estudiando para construirse un futuro, se incorporan a ETA.